Tubo de ensayo

3/marzo/2018

 

René Delios

 

La noticia de que se había liberado orden de aprehensión en contra de los ex Consejeros del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana, hará un par de años, así como del ex Secretario Ejecutivo, como probables responsables de fraude electoral en la elección del Diputado Migrante, donde resultó triunfador Roberto Pardo Molina, no fue del todo cierta, pero sí un manipuleo que surtió efecto en su momento y dejó el precedente de que en el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana, ya no se podría actuar al albedrío del gobernante en turno, como sucedió en la era caprichosa de Sabines.

Se dijo además de que eso no los eximía de que no sean requeridos para audiencia de referencia, pero la verdad no fueron encarcelados como muchos pregonaban con las vestiduras desgarradas, en la idea de que el chayo había sido millonario pero nada, no hubo nada por parte del Juez 2do de Distrito de Procesos Penales Federales quien fue el que llevó el caso.

Total que ese asunto como muchos otros se perdió del interés público aun la gravedad del suceso, y que a la vez también generó la aplicación de la paridad en el estado, ante el avasallamiento en el PRI y otros partidos que no respetaron la cuestión de la paridad política, y hubo de colocar a 36 alcaldesas al vapor, esto es sin que su rostro apareciera en la boleta electoral, y que finalmente lograron el triunfo en especial en municipios indígenas.

Algunas a las 48 horas de haber tomado posesión le dieron el cargo a sus maridos, otras demoraron más: seis meses como en Tila, y otras, sencillamente merecieron misoginia y revanchismo político, como en Oxchuc y Chenalhó, y en total son ya 36 alcaldesas que en éste año entregan administración –que es otra historia- y cuyos casos fueron remitente para que los consejeros chiapanecos en su momento, también se vieran exhibidos, por lo que tendrán que estar muy pendientes en estas candidaturas a renovar las alcaldías y diputaciones de Chiapas para que, desde los partidos misóginos existentes, no repitan lo mismo que hace tres años, aunque es claro que, van a mandar a un buen de candidatas a distritos y municipios en dónde van a perder.

Una de las funciones de esos órganos electorales es la de promover el voto pero también el equilibrio, proyectar la pluralidad, sí, pero a la vez la paridad.

En otros escenarios del mundo estás cosas ya no están en discusión, y da lo mismo mayoría de mujeres o varones en las cámaras de representación popular, e incluso se registra lo imposible en ésta nación de institucionales a ultranza: legisladores que cuestionan a los gobiernos emanados de sus siglas, y eso sí que es democracia y a la vez, hablan fuerte por lo menos ante los más, que es una de las necesidades o la más básica –quiero decir- de la pluralidad.

Pero esas cosas en el interior de los partidos políticos no pueden ser, menos en los estados del país, en dónde el servilismo y la ignominia son más que evidentes, y el ejercicio democrático no existe ante el paso arrollador del tráfico de influencias y la corrupción política.

Y no hay sigla partidista que se salve.

Por eso la pregunta es –y ante el antecedente- la librará esta vez el IEPC chiapaneco, porque  Oswaldo Chacón va a ser presionado desde diferentes frentes, y sorprende que a este Doctor en Teoría Política por la Universidad de Madrid, y que conocí años ha antes de su encumbramiento, no lo hayan puesto los enemigos de sus amigos frente al pelotón de fusilamiento.

A Chacón  Rojas le acomodaron graves acusaciones cuando estuvo al frente de la Contraloría de la Legalidad Electoral durante la administración pablista, y acusado incluso por amigos de sus amigos: el diputado federal Emilio Zebadúa González y el senador Rutilio Escandón Cadenas, ambos en ese entonces del PRD, a los que Chacón obligó a retirar su publicidad adelantada y al final de cuentas ninguno de los dos fue el candidato perredista al gobierno del estado, en una historia muchas veces ya contada pero en corto platicada por el propio ex gobernador a éste escribidor de bodrios, cuando residía en Acapulco: “la cúpula decidió; ganamos por nada, pero ganamos: ellos hubieran sido derrotados estruendosamente por Josean”.

Con todo y esa posibilidad los aludidos dijeron que Chacón actuaba de forma parcial para favorecer a su ex jefe político, Rubén Velásquez López, quien fungía en esa época como secretario de Gobierno y que quería como lo intentó por un rato ahora, ser candidato a gobernador, alcanzando a lo más una senaduría en cuya votación le superó de calle Manuel Velasco Coello.

Sin embargo un su ex jefe sí la logró, y lo es Pablo Salazar, candidato a senador independiente que puede darle nuevos respiros a éste excelente orador y hombre informado y formado, y del que quedó claro que fue un perseguido político del sabinato además de víctima del escarnio mediático por romper relaciones corruptas con los medios locales, bajando a casi nada los convenios millonarios que no se justificaban ante la pobre circulación de un buen de estos, lo que le valió ataques sistemáticos así como errores varios, incluyendo la infame detención de Ángel Mario Ksherato, nombrado en su momento preso mensual internacional por Amnistía Internacional –lo que no le importó a un Salazar ensoberbecido- , y que hizo pensar a no pocos que, en Chiapas, se inauguraría otra entidad negra como pasaba en Veracruz en dónde la ola de violencia en contra de periodistas se desarrolló a los niveles que ostenta también Oaxaca, entidad ésta que junto con la jarocha, son en las que más se ha asesinado a periodistas y cuyos casos siguen impunes.