¿Qué es asperger?

20/febrero/2018

 

Agencias

 

​Como magistrado presidente del Tribunal Electoral de la Ciudad de México, Armando Hernández Cruz debe tomar a diario decisiones muy complejas, aunque no es capaz de poder llevar su propia agenda. Tiene seis mil 576 seguidores en Twitter y mil 337 en Facebook.

 

Es una figura pública, pero le cuesta, y mucho, la interacción social.

 

Debe recibir todos los días a más de una veintena de personas en su oficina, a pesar de que las conversaciones de más de cinco minutos le ‘revienten´ la cabeza; también tiene que ir a actos públicos pese a que los lugares concurridos siempre le generen estrés.

 

Es incapaz de reconocer rostros aun cuando se trate de importantes actores políticos. No soporta el ruido, ni le gustan las conversaciones telefónicas. Tampoco sabe cómo hacer amigos. Vive con Asperger y apenas hace dos años lo sabe.

 

Alegóricamente es como si uno viniera de otro planeta, porque el nivel de conexión y de interacción con las personas es muy difícil, porque no se logra comprender al mundo y el mundo no logra comprender al Asperger. Veía en algún libro para niños que trata el tema de Asperger unos peces nadando hacia un lado y otro nadando en dirección distinta, esa imagen me reflejó mucho de lo que yo percibo de mi persona, es como caminar en una ruta distinta hacia donde van los demás”, explicó.

 

Desde pequeño, este funcionario público se sintió distinto, nunca encajó con el resto de los niños de su edad. Sufrió bullying. Ni una sola vez, durante los seis años de primaria y los tres de secundaria, le dirigió la palabra a una niña. Eso sí, fue un alumno de excelencia, quizá por eso nadie, ni su mamá que debía hacerse cargo de otros siete hijos, notó su condición.

 

“APRENDÍ A FINGIR”

 

Aprendí a fingir muy bien o a mimetizarme, a actuar como si fuera una persona con habilidades sociales, pero no lo soy”, confesó.

 

Así pasó la preparatoria, terminó dos licenciaturas y un doctorado. Se convirtió en catedrático y funcionario público. Se casó tres veces y tuvo cuatro hijos. Siempre camuflándose, hasta que ya no pudo más.

 

Cuando llegué aquí (al Tribunal Electoral) me di cuenta que no podía manejar la gran cantidad de gente que me buscaba, este Tribunal tienen 230 plazas y yo recibí más de 500 currículums, 500 personas pidiendo chamba y es algo que no pude manejar, se me salió de control. Me di cuenta que el número de personas con las que tenía contacto y tenía que platicar diariamente me resultaba inmanejable, entonces empecé a buscar en internet información, por ahí me salió una frase que decía `fobia social´, y dije, ¿no será eso lo que tengo? y de ahí me derivó a un cuestionario de diagnóstico de Asperger.

 

Lo contesto y me dice: ‘usted tiene una puntuación muy elevada para positivo de Asperger´, yo no sabía qué era eso, entonces contacté a la asociación Asperger México, que tiene especialistas para hacer diagnóstico en adultos”, relató.

 

En marzo de 2016, a sus 44 años de edad, le confirmaron el diagnóstico de Asperger, una condición del espectro autista “caracterizada por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo”.

 

Cuando me empezaron a explicar en qué consistía, empecé a entender todo, supe por qué el día que un camión me pegó del lado izquierdo de mi carro yo me bajé a revisar el lado derecho, por qué no entiendo las metáforas o suposiciones, y el por qué de mi incapacidad para disfrutar de cualquier cosa”, contó el magistrado electoral en entrevista con Excélsior.

 

A partir de entonces, se empapó de información y comenzó una intensa campaña para visibilizar la condición de los Asperger a partir de su propia historia hasta crear la asociación Soy Asperger A.C.

 

Cada vez que doy una plática la gente me dice: ‘es que quiero traerte a mis hijos para que vean que sí se puede, tú ya terminaste el doctorado, terminaste varias carreras, eres maestro, estás en un cargo público’. Y bueno, sí se puede, lo he estado haciendo tres años siendo magistrado presidente del Tribunal Electoral de la Ciudad de México, el problema es el costo que tiene, porque para poder dar la cara hacia afuera tengo que vivir un desgaste interno que afecta mi salud física.

 

Por ejemplo, yo no puedo a una persona, a un actor político o a alguien que tenga interés de ver un asunto, pedirle que me explique de manera breve y sencilla su asunto, tengo que escuchar todo lo que me quieran decir y entonces ahí me tengo que programar para eso, me tengo que hacer a la idea de que es mi trabajo y lo tengo que hacer bien”, argumentó.

Pero por eso también le interesa que las personas entiendan a los Asperger y hagan los ajustes razonables para hacer su vida menos complicada.

Ya sabemos que no es una enfermedad, que es una condición neurobiológica que no te la puedes poner y quitar, por eso yo digo ‘soy Asperger’, no ‘tengo Asperger’, es decir, no lo tengo y luego no lo voy a tener, soy Asperger.