Tubo de ensayo

18/enero/2018

 

René Delios

 

No demoran las exhibiciones de los enredos existentes entre la clase política con el crimen organizado.

De hecho hubo un amague al que ya no se le dio seguimiento, y fue el de Manlio Fabio Beltrones, de años envuelto en rumores, solo rumores.

Hoy en torno a las campañas electorales en México tenemos que blindar hasta las candidaturas, como antes se hacía con las prerrogativas para evitar uso de dinero negro, y luego de corroborar el nombre del candidato se investiga la personalidad, honorabilidad, integridad y probidad según esto y ¡de todos modos se les va uno que otro narco político!

Es una vergüenza lo que sucede en México, de los más corruptos y cínicos países del mundo.

Videos, fotografías y pruebas testimoniales de las redes dan cuenta de lo que sucede en éste país, en dónde los partidos y el gobierno siguen hablando de democracia y justicia social, en medio de la imposición y la ausencia institucional: cinismo puro, sólido.

Los grupos delincuenciales ensucian aún más el lodazal existente en la política mexicana.

Una y otra vez, salen a relucir las pruebas de posibles colusiones entre el crimen organizado y diversos sectores de la política, incluso difundidas burlonamente por éstos mafiosos, como lo hizo La Tuta con no pocos munícipes michoacanos. Eso bastó para bajarlos del cargo en lo que se averiguaba hasta dónde llegaba la relación y si colaboraron o no en cuestiones ilícitas, y se llegó hasta el gobernador interino del estado, quien hoy está en la cárcel.

¡Oooooraleeeee!

Pero lo que acaban de sacar por ahí, puede ser, sobre la posible participación de periodistas en labores de asesoría de comunicación con el crimen organizado.

No es la primera que se conoce de éstas versiones y desde luego, e incluye ese vídeo de los periodistas michoacanos con La Tuta, además de que se menciona de un listado de comunicadores por entidad de la que las autoridades mantienen reservas.

Por eso hay los casos en que el asesinato de un comunicador es investigado de acuerdo a la atenuante de “uno que estorba”, a “uno que traiciona”, pues no es lo mismo.

De acuerdo a eso los periodistas servían para “denunciar” enclaves o presencia de otras células adversarias y suponían relaciones con los entonces jefes del crimen organizado en México, pues cómo se enteraban de esos datos, sino se los proporcionaban desde de  adentro.

Se dice que existe ese listado solo eso, en un documento del que nadie supo más desde la primera vez en que se extendió el rumor: sí en 2012.

Todo quedó en el aire, pero algunos prestigios fueron afectados, y poco a poco se fueron diluyendo “en el aire”, solo por lo que decía líneas arriba: los rumores, esos mismos que ya empiezan a soltar de los muchos que vamos a oír en éste 2018 de campañas federales.