Tubo de ensayo                      

7/septiembre/2017

 

René Delios

 

Los contenidos del informe de Fernando Castellanos Cal y Mayor eran esperados por lo que se observa en la urbanidad tuxtleca, celebrada por unos y cuestionada por otros, las más de las veces por situaciones que no entran a la medición y si a lo visible.

Entre lo visible fue lo ya extendido en las redes sobre la presencia del gobernador Manuel Velasco –que se dijo llega por primera vez a un informe municipal, el que por ciento abre el proceso de los alcalde en la rendición de cuentas- acompañado de todos color, salvo morenos y panistas, en éste caso los resentidos.

Pocos en realidad se acuerdan el cómo recibió la capital del estado, con un centro despedazado e invadido por el ambulantaje depredador y abusivo, que de plano obligaba a caminar bajo las aceras, lo que era aprovechado por carteristas, cadeneros, y demás maleantes, lo cual terminó.

Como terminó también la inseguridad preocupante en los parques públicos, los que vuelven a ser ocupados por los ciudadanos, muchos de ellos a platicar pero ciertamente los más a ocupar las instalaciones cardiovasculares que se instalaron en éstos, en algo que fue una buena opción.

Desde luego que hay muchas otras cosas que mencionó el munícipe, se trata de un informe de gobierno en el que hablo del DIF, encabezado por su esposa, la cobertura lograda y ampliada con mucho, la pavimentación de calles y avenidas ya superado el objetivo del trienio completo de una calle por día, todo eso en los números, como el hecho de que Tuxtla no ha incrementado su deuda en dos años y que cada mes entrega al día su cuenta pública, que ya es mucho decir ante la demanda real que tiene la capital del estado en inversiones espectaculares para superar su rezago urbano.

Un rezago urbano que data de años, me cae.

Pero ya la sabemos: le entró al toro y la gente quiere más, y como no le es suficiente a cuestionar sin observar que esa tubería rota, esos baches legendarios, no se hicieron en el presente, sino que las obras de marras es de trienios pasados, como eso de las calles para siempre del trienio pasado que se cuartearon en el actual.

Y como esas enumerar muchos otros puntos que no tienen nada que ver con el político, que con mucho es el origen de las críticas al alcalde, que les ganó la capital del estado y eso avalado por el TRIFE, no por el gobierno estatal.

Se reconoce que Tuxtla es una ciudad creciente y creciendo: oficialmente dijo que la capital es una ciudad en dónde las inversiones y el empleo se han incrementado como nunca antes, y desde luego me quedo con eso de que hace falta mucho por hacer y que no le va a alcanzar el trienio para remediar lo que ya vio en las estadísticas cerradas del ayuntamiento, comparado con la capacidad de cobertura e infraestructura y desde luego presupuestos en lo que le queda de gobierno.

Me cae que hace bien en no mentir, como lo hacen otros que aseguran que en seis años, cambian México, Chiapas o ya veremos quienes son los que en un trienio cambian Tuxtla.

Bien harían un buen de alcaldes en imitarlo, porque en aras de buscar más allá se creen los todólogos y mienten y exageran su prospectiva desilusionando a la gente cansada de mentiras.

Lo hecho y lo posible, así debe ser, y como siempre, que el pueblo juzgue.