Editorial

9/agosto/2017

 

No es juego lo que tienen los priistas enfrente, y desde luego conocedores del oficio político van fomentando las alianzas y compromisos para llegar fortalecidos a su asamblea nacional, que esta vez es muy distinta a otras en que, llegaban seguros de ganar.

Era solo nombrar al candidato.

Por otro lado el Frente Amplio Opositor continúa explorando quiénes habrán de constituirlo mientras los únicos visibles son el PAN y el PRD, este último partido sin recursos ni para realizar su asamblea nacional en que debe cambar su dirigencia.

Aparte prosigue en conversaciones con actores políticos de todo tipo, con el Movimiento de Regeneración Nacional que va aceptando adeptos sin fijarse en pasados, a cambio de que acepten sin voltear, los preceptos de Andrés Manuel López Obrador.

Así, aparte de los desertores perredistas hacia Morena, empresarios como Alfonso Romo, el presidente de la Fundación Azteca, Esteban Moctezuma y un nutrido grupo de senadores se unieron a la causa de Morena, y ahora les tocó el turno a políticos de tiempo completo como Pablo Gómez, Leonel Godoy y Carlos Sotelo, todos éstos se vieron beneficiados de esas siglas del Sol Azteca, incluso Godoy fue gobernador de Michoacán.

Así los compromisos de los que ahora se comprometen con Morena.

En el PRI el escenario es distinto: en vez de enfrentarse o desertar, llaman al análisis, a la apertura de las expresiones nuevas, lejos del institucionalismo y las imposiciones, obvio del tráfico de influencias y la corrupción política, por lo que la gente conoce o define al PRI, y que tiene que cambiar porque hay competencia, y en serio, para 2018 no solo para la presidencia, sino en gubernaturas, nueve, a renovarse en 2018.

Igual casi dos mil alcaldías, más de 900 diputaciones locales y obvio las curules federales; las entidades no deben de descuidarse y hay que escuchar a la base militante en éstas, a la activa, a esa que tiene en realidad posibilidades de hacer algo por su partido.

Los que van a la asamblea pueden decirse portavoz de sus entidades, pero no es lo mismo escuchar de “viva voz”, por lo que es lo que se está haciendo ahora.