Editorial

22/agosto/2017

 

 

Para que los estudiantes cuenten con las herramientas necesarias para forjar un futuro más prometedor, el mayor empeño del gobierno federal es en el ámbito educativo, destacó el presidente Enrique Peña Nieto.

Muchos fueron los contratiempos que se observaron en torno a la necesaria reforma educativa, que desde luego el magisterio disidente consideró atentatorio a sus derechos, y ya a éstas alturas, luego de las llamadas evaluaciones, queda claro que no había tal intensión de suspender docentes.

Alrededor del 98 por ciento de los maestros de educación básica que han sido evaluados en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, no han sido objeto alguno de suspensión, y solo se tendrá que esperar los resultados que esas evaluaciones arrojen, para conocer los índices de la calidad educativa en México.

Desde luego que esa calidad también comprende centros de estudios dignos, modernizados, pues no pocos tienen años de no recibir atención estructura.

Miles de escuelas demandan a tención, y ya hay un presupuesto asignado para ello, aunque no el esperado por los recortes sufridos desde 2015, que muy seguramente seguirán en 2018.

Aun con eso, el presidente Peña Nieto, en Aquismón, San Luis Potosí, al encabezar el inicio del ciclo escolar 2017-2018, destacó tres pilares en los que se sustenta el gran cambio educativo del país, que son escuelas de calidad, por lo que se han hecho inversiones históricas, ya que mientras en las dos administraciones anteriores se invirtieron 20 mil millones de pesos en dicho rubro, en la presente ascenderá a 80 mil millones, lo cual permitirá que la mitad de las más deterioradas estén en condiciones óptimas, que es a lo que nos referimos líneas arriba, como parte de la aportación gubernamental a la calidad educativa.

Esperemos que los resultados sean favorables, pues para la prosperidad de la nación se requiere educación de calidad.