De acuerdo a estadísticas de la PGJE, el 99% de las llamadas tienen su origen en centros penitenciarios, autoridades recomiendan no contestar la llamada y denunciar al 066
Henry Sánchez
Tuxtla Gutiérrez
Las extorsiones telefónicas son un problema que se sigue dando en todo el país, y Chiapas no está libre de este flagelo, ya que se han recibido diversas denuncias y testimonios de personas que han sufrido o pasado por este problema, que en su mayoría afortunadamente son ignorados y optan por ya no contestar o en algunos casos, deciden cambiar su número.
En días pasados, Claudia “N”, de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, recibió una llamada del número 3319276924 en donde le decían que un familiar estaba de visita y dando nombres de sus familiares, la saludó, pero ya horas más tarde el mismo número le volvió a marcar para decirle que había tenido un accidente automovilístico y necesitaba dinero para pagar los daños, cosa que fue ignorada por la víctima y optó por colgar.
Claudia señaló que estas llamadas fueron constantes durante varios días y en ocasiones hasta le llegaron a exigir el dinero de manera violenta, por lo que mejor optó por cambiar su número telefónico y con ello terminó con ese lamentable episodio.
“El número del que hablaron resultó ser de un Cereso de Tamaulipas, ya que mi papá solicitó ayuda de las autoridades y eso le informaron, por eso mejor cambié mi número, por eso si no conocen el número mejor no contesten, es peligroso”, dijo
Cabe señalar que en la capital del estado así como en otros municipios, ya se han detectado más llamadas de este tipo y en algunas hasta se hacen pasar por el mismo familiar diciéndoles ya sea que tuvo un accidente o más grave, que fue secuestrada y necesita cierta cantidad para ser liberada, por lo cual, autoridades recomiendan no hacer caso a estas llamadas de extorsión y denunciarlas al 066.
Cabe señalar, que de acuerdo con las estadísticas de la PGJE, el 99% de las llamadas telefónicas en las que se exige dinero a familiares de presuntos secuestrados tienen su origen en centros penitenciarios, por lo que no tienen forma de cumplir amenaza alguna.
