NÉMESIS

31/octubre/2014

Hermes Voces NemesisHermes Chávez

La colalarga de Jordán Alegría

Jordán de Jesús Alegría, un oscuro personaje emanado de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Chiapas desde su arribo al despacho del Instituto Nacional de Migración (INM) en el municipio fronterizo de Tapachula de Córdova y Ordóñez definitivamente no habla mucho, pero contrariamente sí da mucho de qué hablar, por eso no es de extrañarse que en los auténticos  búnker en que se han convertido las estaciones migratorias, superando incluso a los penales de máxima seguridad, ocurra lo que no debería ocurrir.

¿Cómo se explicaría el amotinamiento de más de 300 migrantes hondureños en la Estación Migratoria Siglo XXI? ¿Y la fuga de 15 de los extranjeros? Aunque la pregunta sería: ¿si los migrantes no son delincuentes por qué están encerrados y se les busca como a peligrosos criminales? Los hondureños literalmente se brincaron la barda luego de haber hecho un tremendo zipizape quemando dos colchones. Hasta donde se sabe, ocho de los extranjeros fueron ¿capturados?

Por su puesto que en este caso, Jordán de Jesús justificó el amotinamiento, que presuntamente surgió porque las autoridades hondureñas que se encargan de reconocer la nacionalidad de los migrantes andaban de parranda. Aunque más bien se debería al trato inhumano, déspota y prepotente con el que se conducen los agentes migratorios.

Personalmente he sido testigo de cómo los elementos federales dan un trato indigno, pero no sólo eso, los abusos también se extienden a los negocios que practican con personas que se encuentran vulnerables y en total indefensión, como venderles alimentos mal preparados a través de terceros, a precios exorbitantes, porque ningún mexicano pagaría una torta o un refresco a cien pesos o más.

Ya ciudadanos cubanos habían dado muestras con anterioridad de la posibilidad de que estos hechos violentos surjan repentinamente dentro o fuera de las estaciones migratorias, incluso fuera de ellas pues no hay que olvidar que en 2008, 37 caribeños fueron secuestrados por un comando armado cuando eran trasladados de Cancún, Quintana Roo hacia Tapachula. ¿Quiénes estuvieron involucrados? Desde un subdelegado hasta agentes rasos del INM.

El INM es una de las instituciones que con mayor frecuencia es señalada como de las más corruptas, y no lo dicen los ciudadanos de a pie, sino organizaciones incluso internacionales, así que la fama nadie se lo quita, incluso por estar involucrados en grupos de la delincuencia organizada.

Pero aquí justamente viene lo más tétrico del asunto, pues Jordán de Jesús Alegría Orantes fue uno de los que luego de estar sentado en el banquillo de los acusados, salió de la PGR con los antecedentes más negros que un funcionario federal pudiera alcanzar.

Pero no salió por su propio pie, sino lo sacaron porque no pudo, siquiera, pasar los controles de confianza que la dependencia aplica a sus trabajadores, inspeccionándoles hasta las partes más profundas de su ser.

Esas pruebas abarcan desde las psicológicas, físicas, poligráficas, adicciones a las drogas hasta orinar delante de un examinador para ver que la pis sea verdaderamente de ellos. ¿En cuál fracasó Orantes ¿en las psicológicas? ¿en las físicas? ¿en las poligráficas? ¿en las adictivas?  ¿salpicaría al perito? Quizás en todas, pero al menos en alguna no dio el ancho ni pie con bola. Así las cosas, ese es el tipo de funcionarios que se encuentra al frente de una delegación federal y de las que no hay explicación de, siquiera, por qué permanece en el “servicio” público. Esperemos que la bola no arda y al rato haya pérdidas de vidas humanas en la Siglo XXI.

Taxistas de dos filos

La iniciativa del gobierno estatal para formar un verdadero ejército de ojos para prevenir los delitos es, por supuesto, muy buena y acertada, pero desafortunadamente siempre hay una mosca en el pastel, un pelo en la sopa, una piedra en el zapato. Actualmente se ha disparado la delincuencia dentro de esas unidades del transporte público, quienes no sólo son partícipes del narcomenudeo al repartir o abastecer de clientes las “tiendas” clandestinas que surten drogas, sino también asaltan a los usuarios, enfocándose por lógica en las mujeres por resultar más indefensas, aunque actualmente ya nadie se salva de la delincuencia común. Aunque también hay que reconocer que son los menos, pues muchos buscan con honestidad el pan nuestro de cada día, y de este tema hablaremos próximamente. / Comentarios @hermesreportero y hermesreportero@gmail.com